Autor: Dr. Ms. Benjamín Fiallos Jerez
La respuesta es SÍ.
Pero el código del trabajo requiere expresamente la existencia de un Reglamento Interno de Trabajo en el cual se detallen claramente las acciones que merecerían la aplicación de una sanción pecuniaria.
Se entiende entonces que si el Patrono no cuenta con un reglamento interno de trabajo legalmente aprobado y vigente, no puede aplicar multas. Al respecto, el artículo 44 del código del trabajo textualmente dice: «Prohibiciones al empleador.- Prohíbese al empleador: a) Imponer multas que no se hallaren previstas en el respectivo reglamento interno, legalmente aprobado;».
Adicionalmente, el literal b) del mismo artículo dice que se prohíbe al empleador «Retener más del diez por ciento (10%) de la remuneración por concepto de multas;».
O sea, que mensualmente se puede aplicar multas por máximo el 10% de la remuneración que el trabajador gane.
Que sucede entonces en el caso de que el Empleador aplique multas sin tener un reglamento de trabajo legalmente aprobado o que teniéndolo, lo haga por una cantidad mayor a establecida en la ley?
La respuesta es que el empleador estaría cayendo en una prohibición expresa del código del trabajo. Pero en la práctica, la pregunta es que es lo que se puede hacer; y ante esto, tenemos dos alternativas:
Uno: que el trabajador pueda iniciar una acción administrativa de Visto Bueno en contra de su empleador. Obviamente que esta circunstancia implica la terminación de la relación de trabajo; aunque, de obtener resolución favorable, estaría facultado para iniciar un juicio y obtener una indemnización igual a la del despido intempestivo (un sueldo por año fracción, mínimo tres sueldos si ha trabajado hasta tres años).
Dos: que el trabajador pueda poner una denuncia para que el Ministerio de Trabajo realice una inspección y pueda imponer las sanciones al Empleador.
Ya en la práctica es importante señalar que para que las multas sean legítimas, el Inspector de trabajo requiere una «autorización» que justifique tal descuento.
En fin, una multa es una sanción al trabajador plenamente legal, siempre cuando esté amparada en la ley. Lo ideal sería que tanto empleadores como trabajadores puedan cumplir con todos los ordenamientos en materia laboral para evitar no solamente las sanciones pecuniarias sino para que la relación de trabajo sea armoniosa y duradera.